2.2.7 La obra historiográfica y científica de Antonio Bachiller y Morales (1812 – 1889)


Las concepciones de Antonio Bachiller y Morales son en muchos sentidos herederas de las de José Antonio Saco; portavoz de la ideología de la clase de la burguesía esclavista criolla, excluye a la negritud cubana y sus orígenes africanos del proceso de conformación de la nacionalidad, aunque igualmente se ocupa de su estudio, una de sus últimas obras fue precisamente: “Los negros”, publicada en 1887, poco después de decretada oficialmente la supresión de la esclavitud, en ella registra la historia de esta institución y rastrea asimismo el curso de las ideas abolicionistas en Cuba.

En el plano político se afilió al reformismo e incluso mantendría una prédica autonomista aun después del término de la Guerra de los Diez Años, de ello no se colige exactamente que no amara la independencia; pero por encima de ella estaba su actitud pacifista y poco revolucionaria. Creía en un evolucionismo sin altibajos y sin metamorfosis raigales, el cual llevaría per se a la independencia, sin derramamiento de sangre, veía en la ciencia el vehículo exclusivo de esta evolución.

En este sentido, incursionó en el estudio de diversas ciencias y contribuyó a los principios fundacionales de otras que emergerían más tarde, la licenciada Mariana Serra señala las siguientes: lingüística, arqueología, antropología, etnografía y otras disciplinas más consolidadas, como ética, estética, derecho, economía política e historia, con resultados eruditos pero no siempre profundos y menos documentados de lo que puede parecer a primera lectura.

Una de sus obras más valiosas en el ámbito de la historiografía, de acuerdo con muchos de sus exégetas, fue sin dudas “Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la isla de Cuba” donde reedita artículos publicados en diversas revistas y periódicos e incluye nuevos datos, su visión de la historia es más bien idealista, otorgándole un papel primordial a las figuras más que a la concatenación determinista de los acontecimientos.

Bachiller y Morales es considerado asimismo el padre de la bibliografía cubana, por su catálogo de publicaciones periódicas y libros y folletos que vieron la luz entre 1781 y 1840. Como educador, logró transmitir a los alumnos parte del gran arsenal cognoscitivo que poseía, uno de sus discípulos, José Ignacio Rodríguez, expresaría al respecto: “Ninguno de nosotros supo que había un comunismo y una filosofía alemana, y escuelas racionalistas y filosofía práctica, sino cuando entramos en la clase de Bachiller, que nos puso en relación con toda la gente de los tiempos modernos”

Por su parte, José Martí no dejaría de encomiar las virtudes de Bachiller: “aquella laboriosidad pasmosa, clave y auxiliar de todas sus demás virtudes, (…) aquellos anaqueles de saber que hacían de su mente capaz, una como biblioteca alejandrina, (…) aquel candor moral que en tiempos aciagos, y con la bota del amo en la frente, le tuvo entretenido, como en quehacer doméstico, en investigar las curiosidades más recónditas de su Cuba, de su América, y los modos más varios de serles útil…”

Aun cuando su obra haya sido más erudita que renovadora, y sus ideas políticas tampoco hayan contribuido a abrir el camino intelectual hacia la independencia, lo cierto es que lo animó siempre el deseo de servir a sus conciudadanos y traer al presente, a la realidad insular, el reflejo del pretérito y el saber de su tiempo.

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