4.1.1.22.5 Los poemas “Viola” (1957) e “Himno a la alusión del tiempo” (1958) de Samuel Feijóo


El texto “Himno a la alusión del tiempo”, no tiene un contenido lírico tan intenso como los dos poemas precedentes abordados; aunque sí un mensaje de hondura ética a través del cual sitúa a la poesía en un lugar cimero en tanto chispa de creación a flote sobre las miserias individuales y colectivas y en sentido general el derrotero de muerte y destrucción consustancial a casi todo lo humano.

Expresa en un sentido amplio la lucha del hombre contra el transcurrir sordo del tiempo, con una mayor sobriedad que no desdeña lo natural pero donde lo fruitivo ha dado paso a una serena intelección de la realidad. Enfatiza un concepto de la justicia que supone el equilibrio entre todos los órdenes del universo, en cuyos nexos debe regir el amor.

El poemario “Violas” está integrado por varios sonetos y exponentes del verso libre, en donde el canto a la naturaleza a veces adquiere cierto barroquismo no usual en la lírica de Feijóo; sin embargo no muestra un alto ideal de perfección formal sino que deja fluir su sentido de lo lírico para que encuentre su propio cauce en lo anfractuoso y no en una poesía de cincelado geométrico.

La contemplación o más bien inmersión en el esplendor de la naturaleza, a través del cual el poeta alcanza cierta cúspide extática, está presente en el cuerpo de estos textos poéticos; en los cuales lo onírico y lo sensitivo se entretejen para conformar una nueva aprehensión del paisaje. El barroquismo a que se ha hecho alusión no implica sin embargo rebuscamiento sino que es el fruto de una experiencia que requiera saturarse en el lenguaje para ser plasmada fielmente.

Además de lo sensitivo, un tono filosófico impregna estas obras desde su misma génesis, el cual cuajaría en realizaciones poéticas posteriores al Triunfo de la Revolución. Con ellas se cierra una etapa, el poeta agota un modo de decir, para abrirse después con otros bríos a un criollismo más hondo, nunca exento de preocupaciones sociales pero donde además del disfrute sensorial primaría una intelección de sabor de sabiduría popular, de honda cubanía.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)