4.1.1.22.6 El poemario “Trenos”, 1962, de Samuel Feijóo


En el poemario “Trenos”, Samuel Feijóo continúa abordando la interrelación de lo humano con la estancia de la naturaleza, desde su propia perspectiva poética de inmersión en el paisaje; sin embargo, por sobre la tendencia encomiástica de etapas anteriores de su producción poética, se yergue ahora un cuestionamiento axiología aplicado a lo natural, en tanto la ética que había derivado de la naturaleza le resulta ahora extraña.

Este nuevo sentido de lo lírico vivencial con respecto a lo natural se plasma en poemas como “El Feto”, en el que con cierta dosis de amargura reflexiona en torno a los defectos de lo natural y cierta injusticia que de ello se deriva, si se quiere, el reparto desigual de la belleza, la sabiduría y la propia vida y de allí se extienden implicaciones hacia los atributos divinos, constituye una rebeldía cuya causa no se revela del todo en el poemario.

El tema de la pobreza no queda abolido en esta nueva etapa, pero ello no en el sentido estrictamente económico sino más bien de desvalimiento ante la realidad, esta vertiente lo conduce a una identificación con el reino animal, desde la cual se cuestiona la conducta ancestral del hombre en cuanto a lo cinegético y lo carnívoro de su naturaleza.

El tema social irrumpe con un claro tono de denuncia antiimperialista –perfilada ahora en la poética de Samuel Feijóo desde su capacidad honda de vibrar al mismo clamor colectivo- en el texto “A Musiquillo, asesinado por el departamento de estado norteamericano”. Al parecer, además del crimen, la propia endeblez del personaje es lo que motiva la empatía poética de Feijóo, quien acusaría una sentimentalidad proclive a sentir en mejilla y corazón la bofetada y el puñal a otro clavado.

El coloquialismo resulta una corriente adecuada para la expresión de este nuevo contenido social, que no implica renunciar a las ganancias poéticas acumuladas durante su ya fructífera práctica poética sino una más rica amalgama de matices a la hora de extrapolar los fenómenos de la realidad al ámbito de lo lírico.

A pesar de su cuestionamiento en torno a la ética de raíz natural que había estado ideando de alguna manera –envuelta en vestidura de pleno lirismo- en el poemario coexisten la queja y la alabanza con motivo de la plétora de la naturaleza, una feracidad sin lindes que aquí no se trata solo de lo vivo sino hasta de la crispadura de la roca, el hinchamiento de la nube, la formación de la tormenta; en todo lo cual prima sin embargo una serena admiración.

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