4.1.2.9.8 El poemario “Escrito y cantado”, 1959, Cintio Vitier (1921 – 2009)


Aunque este poemario fuera publicado por Cintio Vitier en 1959, en realidad los textos que lo integran datan del período 1954 – 1959, por lo que se prefiere estudiarlo como parte del período republicano. El poemario expresa un optimismo trascendente que incursiona en el terreno de la oralidad como lenguaje universal que le sirve al poeta para transmitir la buena nueva de su fe reconquistada.

Resurgen en este texto tópicos que fueron esenciales de su producción poética anterior, como el de la pobreza, el cual evidencia un vínculo con su realidad social que si bien no apunta a la exégesis de sus circunstancias, si pretende dar testimonio de lo que acontece, ahondando así en la realidad pero con una mirada más lúcida, curtida por sus indagaciones éticas y puramente poéticas.

La extrañeza que una vez le suscitó lo real ha ido dando paso a otra actitud poética, primero de mera contemplación pero ya después de inmersión en la vida que fluye con todas sus promesas de plenitud, se detiene en lo arborescente, en lo floreciente, extasiado por el crecimiento vegetal en sentido general la feracidad de la naturaleza, de la cual aspira su hálito divino.

También forma parte de este cuaderno su poema “La luz del Cayo”, en el que se refiere a la que por mero accidente histórico fuera su tierra natal, Cayo Hueso. Sin embargo, los versos están repoblados de elementos arquetípicos de lo cubano, donde las palmas, el mar, etc, coadyuvan a tejer una identidad que también tiene de reminiscencia histórica el mágico peñón desde el cual se contribuyera tanto a fraguar la independencia.

En esta etapa se hace más patente lo que siempre había tenido de profético el verso de Vitier, como hacia el mar de un advenimiento confluyen hilos de agua lirica hasta entonces dispersa, entre ellos la pobreza como pesadumbre material y el vacío de la realidad para llenar todos los resquicios de su alma; ya transpuesto el umbral histórico del 59 la poética de Vitier se avocaría a un canto colectivo que no ha cesado todavía.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)