4.1.3.6 La obra poética y cultural de Mario Rodríguez Alemán (1926 – 1986)


Mario Rodríguez Alemán nació en Sagua la Grande, Villa Clara, en 1926, desde joven incursionó en la literatura y también los estudios y la enseñanza dramática, años después se desempeñaría como crítico y participaría en el ámbito cinematográfico con su aguda mirada y como conductor del espacio televisivo “Tanda del domingo”, el cual sentó pauta entre los espectadores, por la selección de las propuestas y el análisis de las obras, desde un vasto conocimiento del género.

Desde muy joven se manifestaría su interés por la literatura y el teatro, a cuya imbricación tendieron sus obras y en la práctica de la enseñanza, a la cual dedicaría parte de su vida. En este sentido resultan ilustrativo el hecho de haber fundado la Academia de Arte Dramático del Municipio de la Habana y ocupado por un tiempo la Secretaría de la Asociación de Redactores de Teatro y Cine del Colegio Nacional de Periodistas.

Aunque su labor poética fue realmente exigua – el poemario “Suite”, de 1947 y se dice que algunas piezas inéditas posteriores- también dejó su impronta en la denominada generación de los 50, inmerso en el ámbito del neorromanticismo pero realmente sin aportes sustanciales, faceta que no obstante debe reseñarse como complemento de su trayectoria intelectual y delante y detrás de las cámaras.

Su consagración como pedagogo tuvo espacio privilegiado en la literatura; de la cual fue profesor en la escuela de Letras y de Arte de la Universidad de la Habana, aunque se decantaría por las artes dramáticas, sobre todo en cuanto a la crítica cinematográfica, por la cual es recordado por los espectadores, cuyos gustos contribuyó a orientar hacia el buen arte fílmico.

Sus estudios sobre cine y temas afines incluyeron la publicación de los siguientes textos: “Perfil y contorno de Katherine Mansfield”, 1947; “El nacionalismo de Augusto Strindberg en la señorit Julia”, “Shakespeare en el cine”, 1964; “El acorazado Potemkin” y “Diez días que conmovieron al mundo”, a través de los cuales se va aguzando su conocimiento del ámbito dramático universal.

Textos críticos bajo su rúbrica fueron publicados en “Mañana”, “Diario libre”, “Combate”, “La Calle”, “Juventud Rebelde”, “Granma”, “Mujeres”, “Cine cubano”, “El Mundo”, “Revista Cubana” y otros, con lo cual realizó un valioso aporte a la cultura y el conocimiento sobre cine en el país.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)