5.4 Primera obra teatral cubana concebida en el Siglo XVIII


El príncipe jardinero y fingido Cloridano, comedia de la autoría de Santiago Pita y Borroto, es la primera obra teatral cubana escrita en la Isla. Fue concebida en la primera mitad del Siglo XVIII, como una comedia de enredos al estilo clásico español. Durante años se creyó que su autor era el fraile José Rodríguez Ucres, conocido como Capacho, ya que bajo su crédito aparecen varias ediciones de la misma. A pesar de ello, pudimos conocer su verdadero autor, gracias a un estudio minucioso realizado por José Juan Arrom, abalado en pruebas documentales.

Pertenece a las postrimerías del barroco, siendo la única obra teatral cubana que se enmarca en dicha corriente. Se publicó por primera vez en la Imprenta Real de Sevilla entre los años 1730 y 1733.

El tema es basado en la victoria del amor, apoyado en historias de galanteos caballerescos. Se usan algunos vocablos propios de la tierra como son huracán, usted. En esta obra, se aprecia una lograda caracterización de los personajes y de los elementos escénicos y dramáticos. En esta, un personaje de la realeza finge ser menos de lo que es realmente, para lograr sus propósitos.

En los criados Flora, Narcisa y Lamparón, podemos ver lo cubano, ya que transforman las relaciones amo-criado en una oculta fuente de relajo y choteo, exterminadora de las categorías sociales. De ahí que con ella nazca el choteo en nuestra escena popular. La obra se convierte en un juego, una burla, donde los personajes humildes, los graciosos y criados, asumen el vigor y el ímpetu de lo popular y lo real.

Las dos cualidades que sobresalen en la primera pieza teatral cubana son la jovialidad y la galantería. Sus versos en ocasiones muestran color y frescura. El valor de la obra está dado por la riqueza poética que exhibe, y no por la acción dramática.

En el año 1791 fue representada con mucho éxito en La Habana, donde se calificó como una comedia de capa. Fue censurada por algunos en lo que respecta a la licencia en las palabras y en la descripción de las costumbres. Asimismo se representó exitosamente en varias ciudades de España y en el continente americano.

Al leer la pieza, nos damos cuenta de que su autor tenía conocimientos acerca de la técnica teatral, de latín, historia antigua, geografía, teología y literatura, entre otros. También nos percatamos de que leyó El Quijote. Sus versos nos hacen remontarnos a relevantes cultivadores tales como Calderón de la Barca, Sor Juana Inés de la Cruz y Lope de Vega.

El príncipe jardinero y fingido Cloridano es la obra cubana más antigua, de la cual tenemos referencia. Es considerada por críticos especialistas como el anticipo de la escena popular cubana, y además, como una obra significativa dentro del panorama cubano y foráneo de su época.

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