8.2.1 El Danzón.


El Danzón se derivó de la Danza y la Contradanza cuando estos géneros musicales cubanos recibieron las influencias mestizas del rítmico son criollo. Su nombre es el aumentativo de Danza.

El Danzón como género musical fue escuchado por primera vez el 1º de enero de 1879 en el Liceo de Matanzas, interpretado por una Orquesta Típica o de viento (cornetín, trombón de pistones, figle, dos clarinetes, dos violines, contrabajo, timbales y güiro), dirigida por el cornetinista Miguel Faílde. El nuevo ritmo que produjo Faílde logró un impacto sorprendente en los bailadores. Todo el mundo elogiaba su especial creación, titulada Las alturas de Simpson, esa noche se vio obligado a repetirla a petición de los danzantes.

La estructura del Danzón consta de una introducción, parte de clarinete, introducción repetida, y trío de metales. Este formato corresponde a la orquesta de viento antes mencionada. Comienza con Introducción (4 compases) y Paseo (4 compases), los cuales se repiten para luego ser seguidos por una melodía de 16 compases. La Introducción y Paseo se repiten de nuevo antes de tocar una segunda melodía. Su célula rítmica es el cinquillo cubano, su tempo es más lento que la Danza y su compás de 2/4.

En las dos primeras décadas del Siglo XX el Danzón es proclamado Baile Nacional de Cuba. En años posteriores germinaron otros creadores como Raimundo Valenzuela, compositor y trombonista destacado, quien junto a Enrique Guerrero y el cornetinista Félix Cruz, modificaron el aspecto interpretativo, al punto de agregar una parte final coreada por la orquesta, en sus respectivos danzones.

El musicólogo Helio Orovio en uno de sus textos nos expresa que “En el 1910, José Urfé, compositor, director y clarinetista, revoluciona el Danzón cubano al insertar, en su parte final, un montuno de son al estilo de los figurados de los treseros orientales.” La composición de Urfé, dedicada a su violinista Julián Barreto, El Bombín de Barreto estableció para el resto del siglo la tónica del estilo que distinguiría por siempre al Danzón.

En 1924 Antonio María Romeu compone su Danzón Marcheta, en el que utiliza un ritmo a contratiempo llevado por el timbal, mientras que el resto de la orquesta toca a tiempo. En 1926 Romeu escribe Tres Lindas Cubanas, en el que aparece por primera vez un solo de piano. En 1937 Abelardito Valdés estrena un danzón que hizo época: Almendra.

En ese mismo año se crea la orquesta Arcaño y sus Maravillas, con la que surge el llamado Danzón de Nuevo Ritmo. En este tipo de Danzón no varían las tres partes del género, continúa con una parte para flauta y otra para los violines, pero en la tercera el montuno logra un contrapunto entre la flauta y los violines. La flauta requiere una ejecución con gran virtuosismo, se cambia la rítmica en el timbal, el güiro es más marcado, se introducen la tumbadora en la charanga; fortaleciéndose el set percusivo. También se amplían las cuerdas, la armonía y la melodía son más complejas, con todo lo anterior cesa el predominio del piano como instrumento solista único.

El Danzón es un género de la música cubana que se ha cultivado en países como México. Ha recibido influencia de otros géneros y se ha llevado al plano de la música sinfónica. Músicos como Chucho Valdés han recreado y creado el Danzón con una armonía y sonoridad contemporánea para los diferentes formatos instrumentales.

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