9.3 Formatos instrumentales de la música cubana del Siglo XX (1900-1930).


Los instrumentos musicales empleados para tocar la Rumba son tres tambores, llamados Quinto, Salidor, Tres golpes; un par de marugas metálicas (nkembi) que usa en las muñecas el tocador del Quinto de la Columbia y un par de claves con las que el cantante marca el ritmo.
Generalmente en el Yambú, y algunas veces en el Guaguancó se emplean dos cajones o embases de madera. El pequeño, casi siempre hecho de un cajoncito de velas, tiene un sonido más agudo y hace de Quinto. El mayor, construido de algunos de los embases grandes donde traían el bacalao, tiene un sonido más grave, hace de tumbadora. Agregándose golpes de cucharas, golpes en las puertas y en todo aquello que le permitía al negro crear el ritmo. Dos de los tambores, la tumbadora prima y el segundo o tres, marcan el ritmo básico. La tercera tumbadora llamada Quinto, da los golpes improvisados, los floreos dirigidos a los bailarines.

La tumbadora es un tambor creado en Cuba que, a diferencia de los tambores africanos, posee llaves; se puede afinar y escribir partituras. Hoy es un instrumento universal.

En los de inicios de la República se dio a conocer por dos compositores de Danzones, Papaíto Torroella y Antonio María Romeu y un nuevo conjunto para ejecutar Danzones, al cual se le eliminaban todos los instrumentos de viento excepto la flauta, se cambiaba el tímpani por una paila, y se le incluía el piano.

En los formatos instrumentales de la música cubana del Siglo XX surge otro prototipo: la Charanga Francesa. Su antecedente fue la Unión Armónica, de Matanzas, que en 1890 tocó en la Glorieta Saratoga, con los instrumentos siguientes: piano, flauta, violín y contrabajo.

La Charanga Francesa estaba integrada por flauta de madera de cinco llaves, piano, violín, contrabajo, timbal criollo o güiro o calabazo, posteriormente se agregó un segundo violín, y cuando las circunstancias lo permitían, incluían un cello y una viola. En el caso de la orquesta de Antonio María Romeu, en ocasiones adicionaba clarinete, trombón, trompeta y un cantante. Hubo orquestas, como la del Ateneo, que utilizó seis violines, dos flautas, cello, contrabajo, piano, timbal, güiro y un cornetín con sordina. La presencia del piano en ella permitió el desarrollo de un virtuosismo, no sólo del piano sino de la flauta y otros instrumentos que a través del siglo XX demostraron su importancia.
La trompeta es un instrumento musical, perteneciente a la familia de los instrumentos de viento-metal o metales, fabricado en aleación de metal. El sonido se produce gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla a partir de la columna del aire (flujo del aire). La trompeta está construida con un tubo de latón, generalmente, doblado en espiral de aproximadamente 180 cm de largo con diversas válvulas o pistones que termina en una boca acampanada, que recibe el nombre de campana o pabellón.
Este instrumento ha sido fabricado completamente de latón, bronce, plata y níquel. La trompeta moderna está fabricada comúnmente de latón y a veces es galvanizado con plata, níquel, oro o cobre. Mide aproximadamente 50 cm. En el Siglo XX es un instrumento que se destaca en diversos estilos musicales. Se puede encontrar en cualquier sala de conciertos sinfónicos o de cámara como solista o junto a otros instrumentos o en cualquier club de Jazz.
Un tipo de formato musical importante en nuestro país por aquellos años fueron los tríos cubanos, los cuales tienen una rica historia. Nacieron emparentados con la trova: en las reuniones de músicos, en las cantatas, que lo mismo se recreaban en un parque, en una serenata o en una casa.
El Son se habaniza en la capital cubana al nutrirse con nuevos instrumentos, con otros formatos y con ritmos y variantes como la guajira y los coros de clave y guaguancó. Se sustenta también de las variantes de la Rumba y los toques afro. Como resultado de su popularización, se convirtió en el género de la música cubana de mayor preferencia de la población, en las primeras décadas del Siglo XX. Tríos, Cuartetos, Quintetos y Sextetos de sones comenzaron a incrementarse. El pionero de estos grupos es el Sexteto Habanero, que se impuso a partir de 1925 en los tocadiscos de la época.
El Sexteto estaba integrado por guitarra, tres, contrabajo (en su origen marímbula), bongó, maracas y claves. Este formato instrumental admitió una trompeta, hacia el año 1927, convirtiéndose en Septeto.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)