El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra


Teodoro Ramos Blanco nació en Puentes Grandes, La Habana, el 19 de diciembre de 1902; y falleció en esta ciudad, el 15 de octubre de 1972. Sus primeros estudios los cursó en la Escuela de Artes y Oficios de La Habana, más tarde matriculó en la Academia de San Alejandro, donde se graduó con excelentes resultados, en 1928. Por pocos años desempeñó el oficio de policía, pero primó su vocación artística, que no abandonaría jamás.

En el propio año 1928 le fue concedido el premio en el Concurso Monumento a Mariana Grajales, lo cual le propició una pequeña suma para viajar y conocer otros ámbitos artísticos. En Europa, se estableció por un tiempo en Italia, en cuya capital abrió un estudio; más tarde iría a Francia y a España, culminando así su estancia en el Viejo Mundo, muy fructífera en cuanto al establecimiento de sus propios postulados, pues tomaba la esencia de los modelos de los grandes maestros; pero intentaba trascender lo establecido con auténticas creaciones.

En 1936 regresó a La Habana y se vinculó nuevamente a la Academia de San Alejandro, al obtener allí, por oposición, una plaza de profesor (la cual, a partir de 1942, sería de titular). Durante estos años también visitó México y los Estados Unidos, donde tomó clases de escultura, propiamente en la Universidad de Columbia, de Nueva York.

Su trayectoria artística incluyó numerosas exposiciones, entre las cuales se pueden citar las siguientes: Sevilla, 1930; Nueva York, 1933; Palacio de Bellas Artes de México, 1937; Museo de la Universidad de Nueva York, 1939; Exposición de Arte Cubano Contemporáneo en el Capitolio Nacional de Cuba, 1941 y Ayuntamiento de La Habana, 1942, entre otras que contribuyeron a consolidar su prestigio como escultor y artista, más allá del oficio técnico que denotaba cada una de sus piezas.

Además, fue acreedor de importantes galardones nacionales e internacionales, entre ellos los que recibiera por las piezas: Monumento al soldado invasor, en Mantua, 1935; por una efigie de Martí en Güines y por el Mausoleo a Antonio Guiteras, en La Habana, 1936 (poco después de la muerte del patriota). La mayor parte de sus obras refleja la imagen de figuras principales de la patria. En este sentido, además de las ya citadas, esculpió otras dedicadas a Antonio Maceo, Juan Gualberto Gómez, Rafael María de Labra y la del Panteón del Cacahual, donde descansan los restos de Antonio Maceo y Panchito Gómez Toro, por solo citar algunas de las que creara este prolífico escultor cubano.

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