Aunque desde fines del Siglo XIX el Jazz había irrumpido en Cuba, es en la década de los años 20 del Siglo XX, que comienzan a observarse la creación de las primeras Jazz Band. En 1929 se constituye la primera big band cubana denominada “Hermanos Castros” bajo la dirección del saxofonista Manolo Castro, en la cual se incluían secciones de metal, saxos y ritmos.

El formato instrumental Jazz Band que se introdujo en Cuba para ejecutar la música norteamericana, nos vinculó con instrumentos musicales que habían sido excluidos de la Orquesta Típica cubana, entre los que se encuentran el saxofón y la batería, pero muy pronto comenzó a producir música cubana y pasodobles alternando con los fox-trot, el charlestón y más tarde el swing y otros estilos más modernos. Este Conjunto, comenzó a incluir en sus repertorios rumbas y congas de salón, también boleros y guarachas, estas orquestas se nutrían de músicos técnicamente cultivados, instrumentistas virtuosos y orquestadores que realizaban arreglos a géneros musicales cubanos de moda.

Por estos años los septetos, al ampliar su formato instrumental duplicando o triplicando las trompetas, sumando el piano y las tumbadoras, que compartieron en parte con el bongó, aumentando el coro de voces y al crecer el número de músicos; se le denominó a esta nueva forma de agrupación o formato instrumental: Conjuntos. La campana o cencerro tenía también su protagonismo con un toque imperioso en el cambio de aire en el montuno.

Estas agrupaciones se ampliaron para que el volumen musical alcanzara grandes locales y lugares al aire libre. En los Conjuntos, se agruparon músicos profesionales, y desarrollaron un gran virtuosismo instrumental, sobre todo en el piano y la flauta.

Por estos años surgen además los Combos, formatos instrumentales que fueron desarrollados en Cuba a finales de la década del 50. Tienen su antecedente en la costumbre de armar un pequeño grupo musical con los instrumentos básicos para que varios solistas realizaran variaciones sobre un tema.