10.4.2 Los Conjuntos.


Similar a lo que sucedió en los años 20 con los sextetos, los dos primeros Conjuntos, el de Arsenio Rodríguez y el Conjunto Casino marcaron un modelo que persiguieron, de inmediato muchísima otras agrupaciones. Aquella inclusión de otros instrumentos en la agrupación involucraba un cambio de funciones en los mismos, por lo que su sonoridad y armonía era más abarcadora.

Los Conjuntos se conformaron para que el volumen musical llenara grandes locales y lugares al aire libre. Estaban estructurados por la duplicación de las trompetas, se incluyó el piano que reforzaba los tumbaos armónicos del bajo y llenaba un espacio sonoro, mientras que las tumbadoras introducían nuevos ritmos que variaban en un diálogo con el bongó y permitían otra expresión corporal en los pasillos del baile. La campana o cencerro tenía también su protagonismo con un toque arrogante en el cambio de aire en el montuno.

Arsenio Rodríguez adicionó al repertorio de sones, una serie de estribillos tomados de las fiestas y bailes de diversión de los grupos afrocubanos como eran el tambor yuka y el de makuta. Estilizó el Guaguancó, utilizando tumbaos del tres, que le llamó Guaguancó-Son. Este poseía un aire lento. También introdujo rumbas timbillas, de aire más rápido, rumbas Columbia y afros que permitían virtuosismos vocales y planos percusivos en las voces. Y regresó al Son Montuno tal como era originalmente, pero adaptado a su formato instrumental. En estos sones también utilizó refranes y proverbios de los antiguos cantos de yuka, que los solistas alternaban con improvisaciones de décimas y cuartetas o coplas de contenido jactancioso.

La prueba de su vigencia se encuentra en la música bailable de Cuba y de América, al margen de las posibles sustituciones o adiciones no determinantes en la esencia de la sonoridad lograda por el Conjunto. El mismo Arsenio sumaría ocasionalmente, a finales de la década de los 50 y el los años 60, algunos instrumentos como paila, flauta, saxo y güiro a la topología original.

El Conjunto Casino tuvo un formato similar: cuatro cantantes solistas que alternaban, y su repertorio principal era el Bolero bailable y la Guaracha. Este Conjunto consiguió gran fama nacional e internacional por sus giras y por la cantidad de grabaciones que realizaron. La intervención del piano y el tres era fundamental, a pesar de ser instrumentos con funciones armónicas y percutivas. Con ellos se iniciaban pequeñas “descargas” en las que los instrumentistas resplandecían sus facultades musicales.

Por ambos Conjuntos desfilaron varios instrumentistas e intérpretes cubanos que efectuaron cambios en su suceder artístico, pero ambos conservaron siempre su carácter esencial y su gran talento.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)