11.8.6 Emiliano Salvador


Emiliano Salvador, pianista, percusionista y compositor cubano; nació el 19 de agosto del año 1951 en Puerto Padre, provincia de Las Tunas. A los nueve años de edad, debutó en la música en una orquesta dirigida por su padre. Cursó estudios en la Escuela Nacional de Arte (Calle 120 e/ 9na y 13, Cubanacán. Playa. La Habana) de percusión y piano. Más tarde fue discípulo de Federico Smith y Leo Brouwer de orquestación y composición, y de María Antonieta Henríquez en piano; junto a los que pulió su preparación musical.

Al culminar sus estudios musicales los 19 años, pasó a integrar el Grupo de Experimentación Sonora (GES) organizado por la Industria Cinematográfica Cubana (ICAIC) y dirigido por Leo Brouwer; siendo su componente más joven. En este trabajó y experimentó con todo tipo de música y formó parte de un grupo de jazz, en el que se encontraban también Sergio Vitier, Leo Pimentel, Leo Acosta y Eduardo Ramos. Por esta época compuso la música de numerosas películas del ICAIC y participó en bandas sonoras de filmes como El hombre de Maisinicú, y acompañó a Silvio Rodríguez y al cuarteto brasilero MPB4, Chico Buarque, entre otros.

En 1978, con la disolución del GES se unió al grupo de Pablo Milanés, donde se desempeñó como pianista y arreglista y con el que realizó varias grabaciones y giras por el exterior. En este mismo año, grabó su primer LP, trabajo discográfico que realmente lo da a conocer a nivel internacional, tanto del Jazz latino como de la Salsa. Este se denominó “Emiliano Salvador. Nueva Visión” y es una clara muestra del potencial de este gran pianista, uno de los discos experimentales más acertados de la música cubana. Intervinieron figuras tales como Arturo Sandoval, Jorge Varona, Amadito Valdés, Paquito D’Rivera, El Guajiro Mirabal y Bobby Carcasses, entre otros. Debido al gran éxito que obtuvo esta producción, fue premiada por la EGREM en 1980.

Entre los temas que aparecen en el disco se encuentran: Son de la loma, Angélica, El montuno, Luna Wanestain, Convergencia, Canción a Isela y Puerto Padre; de ellos, probablemente la mejor pieza del álbum es Puerto Padre, en la cual sintetiza el talento del pianista.

Su segundo LP fue “Emiliano Salvador II” y fue concebido en 1980. En estos años instauró y dirigió su propio grupo, que contó en sus filas, en diferentes momentos, con nombres como José Carlos Acosta (saxofón tenor y soprano), Emilio del Monte (paila y drums), Rodolfo Valdés Ferry (tumbadora y bongó) y Feliciano Arango (bajo eléctrico). Junto a su colectivo llevó su música por más de quince naciones pertenecientes a Europa, América Latina y a Canadá.

Se presentó en relevantes festivales de jazz que tuvieron lugar a nivel internacional, como por ejemplo fue invitado al concierto Pianissimo, ofrecido en el Palacio de Bellas Artes canadiense, Ottawa en 1980, constituyó el primer músico latinoamericano, en lucirse en ese evento. Además en los festivales de jazz de La Habana, Montreal, Caracas, Moscú, Tbilisi y Bratislava.

Según los críticos especializados, el prestigio de Emiliano, consiste en que conquistó un estilo propio, forjado a partir de las raíces afrocubanas, el jazz, la música brasilera, el piano clásico y romántico y las influencias de algunos pianistas, como McCoy Tyner, de quien Salvador recibió la mayor influencia musical. Ese estilo está basado en el tratamiento polifónico y polirrítmico, es decir, concebía al piano como una orquesta.

Salvador fue calificado por Chucho Valdés como el mejor pianista de su generación.

En el año 2002, Esteban García llevó al video la personalidad del músico en un documental de 27 minutos titulado Las manos y el ángel. Este trabajo fue premiado con el Caracol de la UNEAC y en Cine Plaza. El 31 de marzo de 2006, quedó inaugurada en Puerto Padre en forma de homenaje, la Plaza Cultural Emiliano Salvador.

Aparece una foto a página entera de Salvador, en el Diccionario de Jazz Latino de Nat Chediak (Madrid, 1998), y la revista Latin Beat de Los Angeles, California, le dedicó dos artículos a su memoria.

Emiliano se convirtió en uno de los más geniales bateristas de jazz cubano por su natural sentido rítmico. En sus obras y sus interpretaciones plasmó su interés particular por las innovaciones armónicas de Thelonious Monk, y fue el primer pianista cubano en hacerlo. Fue un pianista de un talento asombroso en lo que respecta a la improvisación.

Alternó en distintos escenarios con grupos y músicos como: Dizzy Gillespie, Art Blakey y los Jazz Messengers, Brandford Marsalis, Freddie Hubbard, Bobby McFerrin, Jack De Johnette, Manhattan Transfer, Woody Shaw, Larry Coryell, Steve Swallow, Jimmy Smith, Booy Watson, Joe Henderson, Chico Freeman, Airto Moreira, Nana Vasconcelos y otros.

Sus composiciones han enriquecido el repertorio jazzístico cubano, dentro del cual algunas pudieran transformarse en clásicos ya que reúnen todas las condiciones. Entre la obra como compositor de Emiliano encontramos: Angélica, A Puerto Padre, Aquellas gaviotas, Con Fe, El eclipse, El montuno, En una volanta actual, Mi contradanza, (Contradanzas); Danza para cuatro, Para luego es tarde, (Danzas); Fatia, Para luego es tarde, (Danzones); Un momento de inspiración (con José Carlos Acosta), (Fusión); Una mañana de domingo, (Jazz balada); Jazz Plaza, Preludio y visión, Post-visión, Sueño de Ana, Poly, (Jazz latino); Zapateo para una dama bella, (Zapateo).

Entre los músicos cubanos, ha recibido homenajes póstumos de figuras tales como Bobby Carcassés, quien le dedicó un tema musical y el CD “Jazz timbero”, Paquito D´ Rivera (le dedicó el CD “40 Years of Cuban Jam Session”) y Orlando Valle “Maraca”, talentoso flautista cubano, que nombró a su grupo “Otra Visión”, en tributo al primer disco de Emiliano titulado “Nueva Visión”.

Salvador, fue un músico muy admirado por otros músicos, era conocido como un pianista de pianistas. Hoy es una leyenda internacional en el ámbito de la Música Afrocaribeña y el Jazz latino, así como un emblema del virtuosismo. Es fuente de inspiración para las nuevas generaciones de pianistas de jazz cubano.

Obtuvo en Cubadisco por Pianísimo, premio en música de archivo 2001.

Emiliano Salvador, falleció en un accidente de tránsito, el 22 de octubre de 1992, en La Habana.

Discografía: LP “Emiliano Salvador. Nueva Visión” (1978); LP “Emiliano Salvador II” (1980); LP “Emiliano Salvador y su Grupo” (1986); LP “Una mañana de domingo” (1987); CD “Ayer y hoy” (1992); CD “Visión” (1995); CD “Pianíssimo. Emiliano Salvador” (2000).

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