2.2.2 El legado del pensamiento político y filosófico de Francisco de Arango y Parreño (1765 – 1837)


Francisco de Arango y Parreño fue el representante más significativo del reformismo político y económico, como una corriente de pensamiento que surgía en el seno de la clase de la burguesía esclavista criolla y productora de azúcar a la que pertenecía, inventor del término “sacarocracia”, su identificación con este sector social fue tal que sus apuntes históricos reflejan más bien la historia de esta clase, por sobre el universo paralelo e ignorado de las capas populares, línea que seguirían quizás de modo inconsciente otros autores en sus obras historiográficas.

Se considera el primer ensayista socio – económico, además de ser padre de una “literatura” más técnica y científica sobre la producción azucarera. Cursó estudios de leyes y jurisprudencia en la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de la Habana, y desde Madrid coadyuvó a la fundación de la Sociedad Económica de Amigos del País.

De concepciones integristas y absolutistas en materia política, llegó a reclamar que Cuba fuese considerada una provincia española, aunque para su tiempo este constituía un pensamiento avanzado. En este sentido, Nestor Carbonell expresa:

“No fue un apóstol de la libertad de su país; no fue siquiera un enamorado del divino ideal de independencia. Nacido en la colonia, educado en el amor a España, se sentía español. Con lealtad sirvió a la madre patria, aunque siempre en beneficio de su tierra y de sus paisanos (…) Lo que Arango y Parreño hizo por su patria, impulsándola por el sendero de la cultura y del bien, equivale, teniendo en cuenta los tiempos en que le tocó vivir, a lo que luego hicieron por ella otros en el campo de la acción. A los pueblos le van naciendo, en sus distintas épocas de vida, sus mentores y sus héroes”

Colaboró con algunos artículos en el Papel Periódico de la Habana, aunque esta faceta no ha sido explorada a profundidad. En cuanto a la vestidura lingüística y literaria de su pensamiento, abogó por la sencillez expresiva y se refirió incluso a “la escasez de figuras y agradables epigramas” de sus textos, ello está asociado al racionalismo como escuela de pensamiento científico y engarzaba perfectamente con la sobriedad de la estética neoclásica.

Aunque no participó directamente en la concepción artística de las letras de su tiempo, fue uno de los primeros criollos en ocuparse de su tierra tanto en el ámbito del desarrollo económico -con las limitantes de su origen de clase- como en los planos científico y cultural, precursor de la ensayística y del género de la historiografía, que alcanzaría mayores luces a medida que se tornaba más evidente la necesidad de la independencia.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)