3.6.2 La crítica histórica, el género biográfico y el periodismo de José Ignacio Rodríguez y Hernández (1831 – 1907)


José Ignacio Rodríguez fue partidario decidido de la anexión a los Estados Unidos, por la cual abogó en sus gestiones hacia el gobierno norteamericano y también en el plano teórico y filosófico. A pesar de esta posición ideológica reaccionaria, por la cual sus investigaciones han sido preteridas, se caracterizó por documentar adecuadamente sus estudios y estos revisten interés cuando menos para conocer el panorama ideológico dentro del cual se desenvolvió la Cuba de entonces.

Graduado de Filosofía y de Derecho Civil y Canónico por la Universidad de la Habana, emigró a los Estados Unidos en 1869, a consecuencia del estallido revolucionario del año anterior, con el cual presuntamente estuvo vinculado. Llegó a adquirir la ciudadanía norteamericana y a desempeñarse incluso como Asesor del Departamento de Estado de los Estados Unidos, y cumpliendo estas funciones formó parte de la Comisión que negoció el Tratado de París.

Ya en Cuba, en 1864, había publicado de consuno con Anselmo Suárez y Romero “Ofrenda al bazar de la Real Casa de Beneficencia”, que incluía piezas de autores cubanos; pero la mayor parte de su formación cultural e ideológica tuvo lugar en los Estados Unidos y se mantendría residiendo allí hasta su muerte. El modelo republicano dependiente que se instauró en 1902 no se correspondía tampoco con los criterios de anexión que había hecho suyos.

A raíz de la intervención norteamericana en el conflicto bélico que sostenían los mambises contra las tropas españolas inició la redacción de un texto titulado: “Estudio histórico sobre el origen, desenvolvimiento y manifestaciones prácticas de la idea de la anexión de la isla de Cuba a los Estados Unidos de América”, que culminó en 1900, en la cual se remontó al origen de las pretensiones anexionistas y refirió los intentos realizados tanto por las instancias de poder del norte como por algunos grupos en la Isla, ciertamente minoritarios.

El texto está perfectamente documentado y denota realmente una indagación histórica rigurosa; aunque de algunos datos y hechos se ofrecen interpretaciones encaminadas a justificar la propia tesis del autor, por lo que las rutas analíticas resultan preconcebidas –probablemente de modo inconsciente- para justificar la posición ideológica en que se inscribe decididamente José Ignacio Rodríguez.

Los textos biográficos del autor –“Vida de Don José de la Luz y Caballero”, “Vida del Presbítero Don Félix Varela” y “Vida del Doctor José Manuel Mestre”- se caracterizan por el empleo de numerosas fuentes documentales y el cotejo minucioso de datos, pero desde una óptica exteriorista que no ahonda en el ser de carne y hueso, más allá de documentos y testimonios. Igualmente sus textos biográficos adolecen de interpretaciones tendenciosas, en base a las cuales figuras importantes y de trascendencia ideológica son reducidas al esquema previo del autor.

Su labor en el periodismo, inmersa en los postulados ideológicos que asumió, incluyó espacios de prensa tanto de Cuba como de Norteamérica e incluso países latinoamericanos, no solo desde un punto de vista literario sino también jurídico e histórico. Entre estos se cuentan: Revista de Jurisprudencia, Revista de Cuba y El Monitor Republicano (México).

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)