3.8.2 Los inicios de José Martí (1853 – 1895) como periodista


La labor periodística de José Martí comenzó en la adolescencia, cuando estudiaba en el Instituto de Segunda Enseñanza, y escribió para el periódico de los estudiantes, “El Siboney”, el soneto titulado “¡Diez de Octubre!”, en honor a la fecha en que el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, dio la libertad a sus esclavos para que se unieran a la lucha por la independencia de Cuba, el diez de octubre de 1868.
Con dieciséis años de edad, aprovechando la libertad de imprenta decretada el 9 de enero de 1869, por el Capitán General de la Isla de Cuba, el español Domingo Dulce, creó el periódico “El Diablo Cojuelo”, cuyo primer ejemplar vio la luz el 19 de enero de ese mismo año.
No obstante el poco tiempo que duró esta empresa, este periódico devino la prueba de fuego para el Martí revolucionario, que utilizó su pluma y sus dotes de escritor para atacar al gobierno colonial español. Es aquí donde apareció su poema titulado “O Yara o Madrid”, en clara referencia a lo que estaba ocurriendo en esos momentos en los campos del oriente cubano.
El 23 de enero de 1869, intervino como redactor, junto a su amigo Fermín Valdés Domínguez, en el Semanario democrático-cosmopolita “La Patria Libre”, confeccionado por su maestro Rafael María de Mendive y el abogado Cristóbal Madan. Aunque se imprimió un solo número, este adquirió gran importancia porque en él aparece su famoso poema patriótico “Abdala”. Una de las estrofas más conocidas es la que reza así:
“El amor, Madre, a la Patria
No es el amor ridículo a la tierra,
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas,
Es el odio invencible a quien la oprime,
Es el rencor eterno a quien la ataca”

La obra cobró significación por el momento histórico en que fue escrita, cuando la Isla estaba envuelta en una guerra independentista. En ella el maestro dejó constancia de su pensar y su sentir con respecto a una elección que tiempo después le tocó hacer: anteponer el amor a la patria, al amor al ser que le dio la vida.
En 1875, después de estar un tiempo en España, llegó a México, donde comenzó su labor como periodista profesional en el diario “Revista Universal” hasta que este cerró como consecuencia del golpe de estado de Porfirio Díaz. Bajo el seudónimo de Orestes, escribe sus Boletines, dejando constancia de su juicio sobre cual debe ser la misión de la prensa y cual la del periodista.

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