3.8.5 El uso de la oratoria en José Martí (1853 – 1895) como arma de lucha contra el colonialismo español


Entregado por completo a la organización de la llamada Guerra Necesaria, sus discursos fueron un arma ideológica eficaz para ganar simpatizantes para la causa. Se apoyó en ellos para unir a aquellos que deseaban alzarse contra el colonialismo español, para expresar sus ideas acerca de la república que quería formar en Cuba, una república “con todos y para el bien de todos”, donde negros, blancos y mestizos, mujeres y hombres, tuvieran iguales oportunidades.
Así lo describe una joven amiga suya: “Su declamación contribuía a sugestionar. Su voz, bien timbrada, tenía inflexiones infinitas. Empezaba con tono suave y medido. Hablaba despacio, convencía. Articulaba con cuidado, dibujando los contornos de sus vocablos, pronunciando un poco las eses finales, al estilo mexicano. No pronunciaba la ce y la zeta a la española. Pero cuando tocaba el tema de la patria oprimida y la necesidad de luchar por ella, crecía el caudal de palabras, acelerando el tempo: su voz tomaba acentos de bronce y de sus labios brotaba un torrente. El hombre delgado, de mediana estatura, se agigantaba en la tribuna y el público quedaba cautivado bajo su hechizo.”
Aunque gran parte de sus discursos no han trascendido en el tiempo, debido a que no existían en esa época los adelantos tecnológicos de hoy en día, los que sí lo hicieron dan fe de su magnificencia como orador. Dos de los más importantes son los titulados “Con todos y para el bien de todos” y “Los pinos nuevos”.
Estos discursos fueron pronunciados en el Liceo Cubano de la ciudad de Tampa, los días 26 y 27 de noviembre de 1891, respectivamente, a donde fue invitado por el Club Ignacio Agramonte para tomar parte en una fiesta de carácter artístico-literario en beneficio del Club. Este discurso fue tomado taquigráficamente por Francisco María González, lector del taller de Eduardo H. Gato, de Cayo Hueso y fue reproducido en hojas sueltas con el título “Por Cuba y para Cuba”.
Ya para esta época había renunciado a todas sus actividades periodísticas, diplomáticas y literarias para dedicarse por entero a las tareas revolucionarias y su prestigio había rebasado el ámbito de la emigración radicada en Nueva York y otras ciudades del nordeste de Estados Unidos.
“Para Cuba que sufre, la primera palabra. De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal, para levantarnos sobre ella.” Así comenzó su discurso Con todos y para el bien de todos, donde expuso su idea de lo que sería la República de Cuba una vez roto los lazos que la unían a España: “O la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos, el hábito de trabajar con sus manos y pensar por sí propio, el ejercicio íntegro de sí y el respeto, como de honor de familia, al ejercicio íntegro de los demás: la pasión, en fin, por el decoro del hombre,-o la república no vale una lágrima de nuestras mujeres ni una sola gota de sangre de nuestros bravos”.
Al día siguiente, el 27 de noviembre, en el mismo lugar, en una velada-homenaje organizada por la Convención Cubana para conmemorar el fusilamiento de los estudiantes de medicina en 1871, Martí pronunció el discurso titulado “Los Pinos Nuevos”, que no eran otros que ellos mismos, la nueva generación de revolucionarios que continuarían, con la ayuda y experiencia de los veteranos, andando el camino de la independencia. “
“Era el paisaje húmedo y negruzco; corría turbulento el arroyo cenagoso; las cañas, pocas y mustias, no mecían su verdor quejosamente, como aquellas queridas por donde piden redención los que las fecundaron con su muerte, sino se entraban ásperas e hirsutas, como puñales extranjeros, por el corazón: y en lo alto de las nubes desgarradas un pino, desafiando la tempestad, erguía entero, su copa. Rompió de pronto el sol sobre un claro del bosque y allí, al centelleo de la luz súbita, vi por sobre la yerba amarillenta erguirse, en torno al tronco negro de los pinos caídos los racimos gozosos de los pinos nuevos. ¡Eso somos nosotros: pinos nuevos!”

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