3.8.6 Amistad Funesta o Lucía Jerez, única novela escrita por José Martí (1885)
En el año 1885 a petición de una amiga, Adelaida Baralt, José Martí escribió la que sería su única novela: Amistad Funesta o Lucía Jerez, que publicada bajo el seudónimo Adelaida Ral vio la luz en vario números del periódico “El Latino Americano.”
Creada mientras el maestro pasaba por un período crítico en su vida: se encontraba alejado del proceso revolucionario por discrepancias con los jefes militares de la Guerra de los Diez años, Máximo Gómez y Antonio Maceo; es considerada, por algunos estudiosos, como la primera novela modernista del continente americano.
Situada la acción a finales del siglo XIX, Lucía Jerez es una novela de amor con un final trágico, que tiene como telón de fondo la situación económica, política y social que atravesaba el continente americano en esa época. Con un lenguaje hermoso y estilo elevado, Martí deja correr la tinta incorporando parte de sus experiencias personales a la trama. Sin una referencia explícita al lugar donde se desarrolla la acción, varios críticos literarios y estudiosos de la obra martiana sostienen que la misma tiene lugar en un país bien conocido por él, pudiendo encontrarse entre México, Guatemala y Cuba.
Una característica de esta novela, es la gran cantidad de descripciones y rodeos que hace el autor y que provocan el alargamiento de la acción dramática, pero que a la vez nos permiten conocer sus criterios personales sobre la conducta humana, las artes, la educación, la sociedad, la política. El color aparece en la novela como una “línea melódica que inspira y enaltece y se repite serena en la sinfonía armoniosa…” , pero entre todos destaca el azul, como símbolo de ilusión, del amor apasionado, absorbente y contradictorio así como el blanco simboliza el amor profundo y puro, que eleva el espíritu.
Como escribió Gonzalo de Quesada, amigo personal y albacea literario del Maestro, en la introducción a la edición que hiciera de esta obra en 1911: “A una miseria por palabra se pagó este trabajo, elevado de pensamiento, galano de estilo, con enseñanzas, como todo lo suyo, para sus compatriotas; con algo de su propia existencia”.
Refiriéndose a la incursión de José Martí en este género literario expresó: “No sé que el Maestro, en otras ocasiones, cultivase este ramo literario; pero su traducción de Called Back, de Hugh Conway, por la cual una casa editora le concedió, como gran generosidad, cien pesos, luego con brillante vestidura y el nombre de Misterio vendida por millares, y la versión suya, que talmente parece un original, amorosa y admirable, de Ramona de Hellen Hunt Jackson, buscada en vano en las librerías, son prueba evidente de que a haber dispuesto de oportunidad y sosiego para ello, hubiera, también, triunfado en la Novela. No le faltaban elementos por su conocimiento de la realidad del mundo y sus pasiones, anhelos y torturas; le sobraba fantasía para hacerla resaltar; espléndido lenguaje con que exponerla.”