España, al momento del llamado “descubrimiento” de América, era un país de carácter multiétnico. A partir de dicho “descubrimiento” se desarrollaría un proceso que partía de la música que se cantaba y tocaba en España a fines del Siglo XV y del Siglo XVI, la cual se definiría en el Siglo XVIII como propiamente cubana.

La música española tuvo una influencia profunda en el carácter socio cultural de Cuba durante siglos. Ha aportado elementos importantes y enriquecedores a los géneros musicales cubanos, que continúan formando parte de la música cubana actual. Fernando Ortiz afirmó: “Unas músicas entraron en Cuba como propias de los conquistadores y de la clase dominante; otras como de los esclavos y de la clase dominada. Música blanca, de arriba, y música negra, de abajo. Por eso sus manifestaciones han sido muy cambiadizas, sus influjos muy distintos y variable su trascendencia en la plasmación de la musicalidad nacional, según las peripecias sufridas por la estructura económica, social y política del pueblo cubano.”

Al ser la música cubana, una música de alta calidad, posee todo tipo de ritmos musicales, predominantemente inspirados e influenciados por la música africana y la música española. Se conoce que la música cubana nace de una combinación de las fórmulas del folklore musical español y de los ritmos africanos, la riqueza extraordinaria del folklore español, mezclada con la energía de la música africana, creó velozmente una exhuberante y explosiva urdimbre musical.