4.1.2.3.10 “Pequeñas maniobras”, 1957, de Virgilio Piñera


La novela “Pequeñas maniobras” fue escrita y publicada por Virgilio Piñera en la ciudad de Buenos Aires, en ella coinciden el narrador y el protagonista, Sebastián, quien revela una intimidad poblada de terrores y angustias, a veces de motivos banales pero siempre de auténticas manifestaciones, el texto parece tener algunas descargas autobiográficas pero el autor se separa del personaje a través del humor.

Sebastián muestra una especie de estoicismo ante la humillación a que se somete en el marco de su relación con quienes lo rodean, la fuga se convierte para él en forma única de resolver –léase evadir- los conflictos y a partir de ello está consciente de su perpetuo lugar en el mundo, del cual no puede excluirse a pesar de sus tentativas de huída.

Lo lúdico se aprecia también en el comportamiento de Sebastián, quien se coloca en el mismo entramado de los personajes de Virgilio que se mantienen en perenne lucha contra el vacío y la nada; este encuentra un sentido a través de la desaparición y reaparición, en cierto modo un juego a los escondidos en que su identidad empieza a soterrarse de sí, a disimularse.

En todo momento se aprecia su reticencia a ahondar en las relaciones humanas que más bien se ve obligado a establecer, todas ellas superficiales y signadas por la ceguera, el desconocimiento de sus semejantes y una incomunicación que paradójicamente resulta propicia a su temperamento.

Sin embargo, hacia los últimos capítulos de la novela, se aprecia una transmutación gradual en el personaje en cuanto a la manera en que se ve a sí mismo, parte de su temor se diluye en la conciencia de ser diferente, en tanto su intelecto le permite un desdoblamiento que propicia el auto análisis, una claridad mental que en cierto modo era la del escritor con respecto a la marginación de la que era víctima.

Este texto tiene el valor de enjuiciar por vía indirecta la situación social de la etapa republicana, solo desde la cual en definitiva sería posible la escapatoria, actitud que es consustancial a casi toda su narrativa.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
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La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)