4.1.2.3.5 La obra narrativa y novelística de Virgilio Piñera (1912 – 1979)


Parte de la obra narrativa de Virgilio Piñera fue analizada en su texto “Poesía y prosa”, sin embargo legó una más vasta producción narrativa, incluyendo novelas que también forman parte del acervo literario de la nación.

Su obra en sentido general se caracteriza por recurrencias temáticas que no tienen un sentido evolutivo sino de plasmación de una cosmovisión que sufrió escasas variaciones en el transcurso de su vida. El absurdo constituyó su forma de estar en la literatura, modo de transmitir la desesperante enajenación, angustia reflejada en la ausencia de sentimientos de sus personajes, contentivo a su vez del desvarío ético de su contemporaneidad.

Desde el punto de vista de su contexto cultural y específicamente literario, se integra plenamente y por demás constituye uno de los máximos exponentes de la vertiente imaginativa en la Isla, sus textos escapan del llamado realismo y se regodean en lo inverosímil, aunque presenta el tiempo como una concatenación ineluctable de sucesos, asfixiante determinismo que rige incluso sus universos irreales.

Aunque no pretendió plasmar las coordenadas político – sociales de su tiempo en Cuba, a través de sus páginas puede captarse la enajenación, el sinsentido de la existencia que tendría que tener en última instancia justificación en la inmediatez de la realidad, marcada por imposibilidades de toda índole, frente a las cuales Piñera erigió sus cosmos en la imaginación pero sin lograr conjurar algunos signos de lo que lo atenazaba.

Su producción novelística presenta características similares al resto de su obra narrativa; en sus piezas de esta índole, que serán abordadas más adelante – “La carne de René” y “Pequeñas maniobras” – se adensa la atmósfera enrarecida por el absurdo que llena también sus espacios narrativos.

Antón Arrufat destaca en el prólogo de los cuentos de Virgilio Piñera, de quien fuera íntimo amigo, su condición de marginado de la sociedad tanto en la etapa republicana como revolucionaria, de distintas maneras, de lo cual derivó procedimientos narrativos también marginales, que constituyen hoy sin embargo puntos de referencia de la literatura, escuela para las letras y sobre todo en el género del cuento.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)