4.1.3.1 .1 “Isla y otros poemas”, de Rolando Escardó (1925 – 1960)
Con el título de “Isla y otros poemas”, el bardo e investigador literario Juan Nicolás Padrón dio a conocer una selección de poemas del desaparecido Rolando Escardó, muchos de los cuales ya habían sido incluidos en antologías anteriores, como es el caso del poema del cual se toma el título y que es representativo de toda la poética de Escardó, aun más del sentimiento nacionalista purificado con el ímpetu revolucionario, a cuyo son de cambio se incorporó en cuerpo y alma poética.
El poema ha sido recogido en numerosas antologías de la lírica cubana y en sentido general la crítica literaria coincide en considerarlo trasunto del modo en que la vivencia colectiva de la Revolución se plasmó en la poesía cubana de los primeros años desde el arribo de esta al poder; se asocia incluso esta generación del 50, a la que cual perteneció Escardó, a la generación del centenario, en tanto cumplieron un fin estético concomitante con el proceso de transformaciones políticas emprendido en 1953.
El poema “Isla”, en cierto modo actualiza a un presente transformado el también mítico poema de “La isla en peso”, de Virgilio Piñera, desde este soterrado vínculo de significado puede seguirse parte del proceso de conformación de la faz más lúcida de la nacionalidad, pasando por las indagaciones origenistas y los hallazgos que en sí mismo entrañaba el proceso revolucionario, al cual se entrega Escardó también desde el verso:
“Esta isla es una montaña sobre la que vivo,
La madre solemne
empujó hacia los mares estas rocas.
En el tiempo desconocido que no se nombra
en el límite que no se escribe
sucediéndose los deslaves
las profundas grietas
-gargantas hasta los fuegos blancos-:
llega la hora de mi nacimiento en esta isla
-planeta ardiendo en el cielo-:
llega la hora de mi nacimiento
y también la de mis muertes
pues al mundo he venido para que me instale.
(…)
Pero lo que me importa es la Revolución
lo demás son palabras
del trasfondo
de este poema que entrego al mundo
lo demás son mis argumentos.
No creáis en mis palabras
soy uno de tantos locos que hablan
y no me comprenderéis
no creáis mis palabras
esta isla es una montaña
sobre la que vivo…”
En estos versos el autor se deja arrastrar por una poética de latido social que no tenía nada de cumplido ni de formalismo, sino que expresa una auténtica vibración y el florecimiento de una expresión poética ya en lo coloquial, donde no ha renegado sin embargo del tormento de sus interioridades de creador pero trata de erigirse sobre las primigenias emociones, los dictados del inconsciente e incluso cierta vena intelectiva para transmitir la efervescencia de acontecimientos que consideró más importantes que la propia poesía, hasta ese entonces digna de su mayor ofrenda.
Los poemas de Escardó contenidos en este libro han sido considerados los más importantes en cuanto a sensibilidad artística imperante en el primer decenio revolucionario, sin embargo manifiestan una poética que es de una indudable singularidad en su apropiación de flujos líricos diversos, además del citado coloquialismo se aprecia como nota sobresaliente cierta influencia de César Vallejo, una angustia que se cifra en un simbolismo a veces esotérico e incluso algunos críticos han notado como su otra vocación, la espeleología, se filtra en su obra poética.
Rolando Escardó constituye una de esas jóvenes promesas que la muerte segó en su etapa más fecunda; sin embargo dejó sin dudas una estela indeleble en la historia de la creación poética insular y su obra suscita un creciente interés entre estudiosos y el público lector, que lo redescubre en cada nueva edición que se le dedica.