4.3.1 Altares de Cruz en el teatro cubano del Siglo XVII


La festividad conocida como Altar de Cruz o Cruz de Mayo, es de procedencia religiosa española, y a pesar de que tiene lugar dentro del marco de todos los pueblos de la cristiandad, fue en España donde se le agregaron elementos profanos, y se convirtió en una fiesta de carácter popular. La misma era establecida en los pueblos que fueron colonizados por los hispanos, cuya inspiración era de elogiar la invención de la Cruz.

Parte de la mezcla de dos corrientes festivas, la ceremonia pagana de la llegada de la primavera en cuantiosos territorios y el establecimiento por la Iglesia católica en Roma del Día de la Santa Cruz.

Esta festividad llegó al archipiélago cubano traída por el conquistador hispano. En Cuba en el Siglo XVII alcanzó un gran auge, lo cual devino en un fuerte arraigo popular. Era en la zona oriental donde más se efectuaba, sobre todo en la villa de Santiago de Cuba; lugar donde se llevaba a cabo a lo largo del quinto mes del año.

La Cruz de Mayo, eran festejos de corte familiar. Radicaba en levantar altares en las casas en los cuales debía predominar la Santa Cruz. Esta era rodeada de ofrendas, que consistían en frutas y flores en homenaje a la primavera, como conmemoración de fiestas paganas acopiadas y transformadas en España.

El altar se construía de tres escalones el día tres de mayo, el número de sus peldaños iba en aumento hasta la culminación de los festejos. Su esencia consiste en cantos, los cuales se transformaron en las manos de las clases pobres. Después de entonar los diferentes coros se pasa al rezo de diversas oraciones, el canto del perdón y la salve. La Cruz de Mayo cubana tenía como característica distintiva el uso del tambor de origen africano.

Las formas de celebración variaban entre una y otra región de país; ejemplo de ello lo constituye el empleo del Punto Cubano en región la central y occidental, donde se improvisaban décimas a la cruz y a los santos.

La primera referencia de la realización de la festividad de Altares de Cruz que encontramos en Cuba, data del año 1684 registrada en la Constitución VII del Sínodo Diocesano, donde fue reconocida junto a otros acontecimientos relacionados con la tradición católico-hispánica que después se apropió elementos profanos.

Esta festividad, tiene vigencia hoy en día en zonas rurales de la zona suroriental del país. Aunque su origen tiene basamento católico con el devenir de los años se ha convertido en una gran fiesta popular en Cuba.

Los Altares de Cruz de Mayo efectuados en las zonas rurales exhiben características diferentes a los de la zona urbana. En las áreas rurales el campesino, sin importar el color de la piel, se apropió de esta festividad, de ahí el gran arraigo del cual disfrutó. Los campesinos cubanos realizaron transformaciones primordiales en lo que respecta al decorado del altar y los cantos.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)