4.3 Festividades teatrales religiosas y profanas del Siglo XVII.


Las costumbres católicas de la clase dominante fueron incorporadas por los colonizadores para así poder desplegar su control; debido a ello se establecieron en la Isla instituciones, usanzas y tradiciones, las cuales se heredaron de la Metrópoli española.

En el Siglo VXII, tienen lugar diversas festividades teatrales religiosas y profanas en Cuba; algunas provenientes del siglo anterior y otras que florecieron en esta época, como resultado de la ausencia de espectáculos públicos que se prolongó hasta la mitad del siglo.

Las fiestas populares en sus orígenes, generalmente estaban acopladas al calendario de festejos reservados a los santos de la Iglesia Católica y a sus ramificaciones en la religiosidad popular.

Entre las principales festividades de esta centuria podemos mencionar corridas de toros, mascaradas, representaciones de comedias, Altares de Cruz, Encamisadas, Fiestas Patronales. También se realizaron fiestas religiosas y espectáculos callejeros y diversiones populares.

A pesar de todas las formas que tomaron las festividades religiosas y profanas en Cuba en el Siglo XVII, las principales diversiones consistían en la Festividad del Corpus Christi, Altares de Cruz, corridas de toros, mascaradas y representaciones de comedias.

El Corpus Christi, festividad tradicional de la Iglesia católica que se comenzó a practicar en la Isla en el Siglo XVI, se fortalece a lo largo de este lustro como la principal celebración religiosa y popular de la mayor de las Antillas, ya que suplía la necesidad de diversión en las comunidades. Esta según el territorio donde se realizaba, adoptó diversas variantes. En las mismas, por estas fechas, quedaron prohibidas las danzas de mujeres, es decir sólo las de hombres eran autorizadas siempre y cuando usaran trajes decentes.

Dicha prohibición no sólo fue para el Corpus Christi, sino que se elaboró en general para todas las procesiones que tuvieran lugar en Cuba, pero en específico las del Corpus.

En las festividades del Corpus de Santiago de Cuba, pueblo participaba jocosamente. En ella la música y el baile originaban un ambiente casi carnavalesco. Las mujeres salían a las calles en trajes presuntuosos, con los cuales tenían ceñidas sus formas femeninas.

Con bastante frecuencia se celebraban fiestas religiosas y procesiones nocturnas en Cuba, en las que algunas mujeres hacían de nazarenos. El origen de estas últimas, tan usuales en este período, lo encontramos en ceremonias que debían aminorar diversos males. Estas procesiones religiosas dieron paso a elementos carnavalescos, ya que fueron impulso para que los hombres aparecieran enmascarados, por diversas razones, entre ellas porque se deseaba tomar parte en las procesiones, desempeñando el papel de algunos de los personajes de la Pasión.

En 1675, debido a que las máscaras, tanto en las reuniones celebradas en las casas como en las comparsas por las calles, criticaban ciertas disposiciones y hacían burla de los funcionarios que las habían dictado, el obispo y el gobernador, ordenaron que las máscaras que hicieran burla de las autoridades, fueran excomulgadas y multadas en quinientos pesos.

Se efectuaban procesiones como la de Pascua de Resurrección, Pentecostés, Asunción de la Virgen y las del patrón de la ciudad.

También en el Siglo XVII en Cuba, se llevaron a cabo las Encamisadas, las cuales fueron otro tipo de procesión. Eran procesiones nocturnas que ostentaban un específico carácter religioso. Las Encamisadas eran combinadas con la fiesta con la que se celebraba la supuesta aparición de San Miguel.

Grandes mascaradas a caballo tomaban protagonismo en las noches de San Juan y San Pedro. Estas noches además se celebraban con música, bailes, los Altares de cruz.

Como resultado de la ausencia de espectáculos públicos, que duró hasta mediados de siglo, florecieron otras fiestas religiosas españolas como lo constituyen las de Altares de Cruz y las Fiestas Patronales. Las Fiestas cortesanas y Fiestas Regionales, eran celebraciones organizadas por las autoridades coloniales.

En Cuba, hubo espectáculos callejeros y diversiones populares. En las postrimerías del Siglo XVII, encontramos en Santiago de Cuba una festividad que con el tiempo se convirtió en simbólica, una procesión que recorría los alrededores de la Catedral con motivo de la celebración del día de Santiago Apóstol. Poco a poco las festividades patronales se dilataron desde el 24 de junio (San Juan) hasta el 16 de agosto (San Joaquín) con el 25 de julio (Santiago Apóstol), dando nacimiento a lo que hoy conocemos por el carnaval santiaguero.

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