4.4.1 La obra crítica y ensayística de Jesús Castellanos (1879 – 1912)


Jesús Castellanos fue el primer director de la Academia de Artes y Letras y fundador de otras instituciones culturales, como la Sociedad de Conferencias y la Sociedad de fomento del teatro, a pesar de su breve vida legó una obra ensayística de valía para la literatura cubana, considerado el más importante de esta década, aunque es cierto que existió más bien un vacío en el género en los albores republicanos.

La obra de Castellanos asociada a la crítica literaria y al ensayo fue publicada póstumamente, en 1914, bajo el título de: “Los optimistas. Lecturas y opiniones. Crítica de arte”. En los textos aparecen imbricadas las concepciones de literatura y sociedad y una visión de la intelectualidad un tanto elitista, aunque sea loable el propósito de llevar la cultura hacia el pueblo.

Su obra se inscribe en la impronta del positivismo, aunque llegó a reconocer algunos sesgos de este paradigma; no obstante no fue un positivismo férreo sino abierto a otras posibilidades teóricas y estéticas. El optimismo tuvo en su obra un sentido rector, pero cimentado en una visión profunda de su realidad, cierta conciencia de la frustración del ideal independentista lo rozaría de soslayo pero siempre confiaba en el futuro y la posibilidad de cambio en todos los órdenes.

Sus apreciaciones de crítica literaria y artística –pues también se desempeñó en este ámbito- no muestran una clara jerarquía de obras, autores o movimientos, no era en este sentido un buen ponderador; pero sí se caracterizó por una apertura hacia corrientes y estilos imperantes en los ámbitos fundamentales de cultura en el mundo, los cuales contribuyó a incorporar a la literatura nacional.

No se caracterizó sin embargo por la sagacidad política – aunque si poseía un amplio caudal de conocimientos históricos- sobre todo en cuanto a lo que significaba la doctrina del panamericanismo y las intenciones que albergaba la potencia del Norte con respecto a Cuba; tampoco vislumbró la necesidad y posibilidad de la unión de los pueblos latinoamericanos.

Además de su obra narrativa, que se abordará en otro acápite; pronunció también alocuciones y conferencias relativas a distintos tópicos literarios y publicó escritos en medios de la época, entre los que se encuentran: “la Joven Cuba”, “La Juventud Cubana”, “El Habanero”, “La Discusión”, “Patria”, “El Fígaro”, “Cuba y América”, “Letras”, “La política cómica” y “Azul y Rojo”, entre otros. Emplearía en ocasiones el seudónimo de Scarpia.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)