La trayectoria ensayística de Fernando Ortiz fue tan vasta y extensa que resulta difícil apresar todos los espacios de conocimiento en los cuales se movió, la educación resulta uno de los que ha quedado dispersos a causa de que no fue tratado sistemáticamente, si bien el propio peso que le otorgó a la cultura en cuanto a desarrollo del país implicaba asimismo la ampliación de las perspectivas de la enseñanza para las capas populares.

En 1945 publicó “Las estadísticas escolares de Cuba” y entre 1949 y 1950 pronunció varios discursos como presidente del Seminario Cubano por la Enseñanza, en las que pude apreciarse su óptica al respecto, desde el punto de vista de la liberación individual y colectiva.

En la cuerda cultural se movieron sus estudios en torno a la pintura cubana, en este sentido la obra pictórica de Wilfredo Lam acaparó parte de su atención, plasmada en los textos de “Wilfredo Lam y su obra vista a través de significados críticos”, de 1950 y “Las visiones de Lam”, de 1963, lo cual estaba asimismo motivado por sus inquietudes africanistas.

Publicó también en 1953 “Oración a Martí”, como homenaje en el centenario del Apóstol, de este modo hacia explícita su admiración por el liderazgo revolucionario del Apóstol, si bien que sus ideas estaban ya entretejidas en los fundamentos científicos y culturales de la obra de Ortiz.

Otros temas vinculados también a lo cubano pero a veces al margen de las investigaciones teóricas, fueron recogidos en sus ensayos “Biografía cubana del café” y “La cocina afrocubana”, los cuales evidencian su amplio sentido de los elementos configuradores de la cultura, ajenos al elitismo y a la seudociencia.

En general Fernando Ortiz se movió en un notable espectro temático, pero en todos ellos resulta clave su indagación en lo propiamente insular cubano, en relación con el universo, y una concepción relacional de los fenómenos, los campos de conocimiento, los procesos culturales, desde la cual sus estudios resultan inclusivos e integradores de todas las manifestaciones de lo humano, sin prejuicios teóricos.