4- Música cubana en el Siglo XVI.


Como en el resto del Caribe, en Cuba las primeras manifestaciones de música en los inicios de la colonización, estuvieron vinculadas a la música culta religiosa, al proceso de cristianización y a la construcción de iglesias y catedrales. Hasta nuestros días se han conocido pocos nombres de músicos activos en nuestro país durante el primer siglo de la colonización española en Cuba.

A Cuba no solo llegó el Evangelio, con él arribó precisamente la música de distintas congregaciones religiosas vinculadas al culto católico, que llegaron desde los mismos albores de la colonización, para cristianizar a los nativos. Estos por su parte, lograron captar rápidamente los rasgos enajenantes de la cultura europea y el sacro canto gregoriano, demostrando grandes habilidades para la música lo cual fue motivo de elogios por parte de los colonizadores. La música demostró ser además una vía de transformación para los nativos cubanos e inserción de estos en la religión católica; ya que muchos aborígenes poseían habilidades en la construcción y ejecución de instrumentos musicales.

La música religiosa en Cuba constituye la mayor actividad de la música cubana del Siglo XVI, ya que en cierto modo las iglesias eran las únicas salas de concierto existentes en el país. Los músicos eran muy pocos en Cuba en esos momentos, no obstante en esta época la música popular se hizo presente. Había en distintas poblaciones de la isla, (Santi Spíritus, Bayamo, Matanzas y La Habana), unas agrupaciones musicales de gente humilde, que deleitaban y entretenían a los participantes de las fiestas religiosas y bailables que tenían lugar en este siglo.

En 1518 se establece en Baracoa el Primer Obispado que cuatro años más tarde es trasladado a la provincia de Santiago de Cuba, quedando su iglesia, de hecho convertida en Catedral ( ).

En Cuba a finales del Siglo XVI, hay una cierta ampliación del mínimo grupo de instrumentos musicales existentes hasta el momento. Dicha ampliación no establece un desarrollo musical, pero prometió mayores posibilidades para las combinaciones de timbres. Se introdujeron algunos instrumentos de viento como: la trompeta; que tenía como función impartir las órdenes militares mediante la ejecución de breves frases musicales y las chirimías que no son más que un determinado tipo de oboe de origen español. Todo lo anteriormente expuesto permite que puedan darse diferencias de timbres en instrumentos pertenecientes a una misma familia instrumental, además permitió la superposición de voces ya que se hizo posible doblarlas y así obtener una mayor variedad de contrastes tímbricos.

Bibliografía: Antolitia Gloria. Situación de la Música en Cuba en el Siglo XVI.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)