Fernando Arizti es uno de los grandes fundadores de la cultura musical en Cuba. Nació en La Habana en el año 1828. Inició sus estudios musicales a los siete años de edad y fue alumno en La Habana, de los maestros Agustín Sascantes, Eneas Elías y Juan F. Edelmann, y finalmente en París a donde viajó en 1842, del distinguido Kalkbrenner, el cual llegó a ser admirador del joven pianista cubano.

Al concluir su educación musical en París, se dirigió a España donde brindó conciertos de positivo éxito en Madrid y Vizcaya. En 1848 retorna a su tierra natal, donde había un florecimiento de la cultura musical en la alta sociedad, donde fue colmado de homenajes el victorioso pianista, que sabía fascinar a su público con la elegancia de sus interpretaciones y con aquel estilo que arrancaba sonoridades transparentes al instrumento.

No siguió su carrera de concertista, que había comenzado tan brillantemente, sino que atraído por los afectos de la familia y de la patria, decidió instalarse en La Habana y dedicarse a la instrucción de la música.

Arizti logró transmitir en Cuba las enseñanzas y los ejemplos mejores del arte que conocía tan hondamente y que amaba con tanto fervor. Su enriquecida labor de maestro duró 40 años y entre sus estudiantes encontramos figuras de la música cubana como son: Nicolás Ruiz Espadero, Angelina Sicouret, María de los Ángeles Soberón y su hija Cecilia Arizti.

En su casa se realizaron imborrables reuniones musicales, donde las excelentes interpretaciones de programas musicales, que presentaban una alta calidad, interpretados por artistas, profesores y aficionados, podían colocarse a altos niveles internacionales y competir con sus similares de las más cultas ciudades de Europa. Fernando Arizti muere en el año 1888.