9.8.1 Manuel Corona


Manuel Corona fue un destacado compositor, guitarrista y cantante cubano; nacido el 17 de junio del año 1880, en Caibarén, la otrora provincia de Las Villas. Constituyó junto a Sindo Garay, Alberto Villalón y Rosendo Ruiz, uno de los cuatro grandes de la trova tradicional cubana.
Con la culminación de la guerra de independencia de Cuba, se traslada a la Habana donde comienza a trabajar en la factoría de tabaco La Eminencia. Allí el supervisor es quien le enseña los primeros acordes de guitarra. Siguiendo instintivamente su vocación musical viajó a Santiago de Cuba a inicios del siglo XX, donde estableció relación con un grupo de trovadores que por entonces llamaban “boleristas”.
Manuel Corona en el año 1900 escribió su bolero “Doble Inconsciencia”, pero no fue hasta el 1902, a consecuencia de sus reuniones con otros músicos en el Hotel Colón de Santiago de Cuba, que el maestro José Pepe Sánchez, uno de los cultores primeros del bolero y padre de la canción trovadoresca cubana, lo escucha le comenta: Serás algo notable, Corona, yo te lo digo. Notable además fue su relación con Sindo Garay y sus hijos que también estaban estrechamente involucrados con la música.
De su autoría se popularizaron varias creaciones en la primera década del siglo, entre ellas Mercedes, tema con el cual debutó en público la legendaria trovadora María Teresa Vera, en el año 1911.
Manuel Corona desarrolló el bolero, la guaracha, la criolla, el punto cubano y la romanza. Su música fue utilizada en la película mexicana “La bien pagada”. Su repertorio acoge números como Confesión de mi guitarra, Adriana, Una Mirada, Las flores del Edén, Graciella, entre otros innumerables. Sus composiciones más notables fueron Longina, Santa Cecilia, La Alfonsa y Aurora. Una gran cantidad de sus canciones llevan nombre de mujer, tal es así que es el autor de la trova cubana que tiene mayor cantidad de composiciones con ésta característica, con un total de ochenta. María Teresa Vera y Rafael Zequeira fueron piezas claves en la difusión de su obra. Según María Teresa Linares, Manuel solía relacionarse con otros compositores a veces mediante contestaciones, que no eran otra cosa que canciones a modo de respuesta de otras canciones. Tal es el caso de la canción Animada que fue escrita como contestación de Timidez.
Por su rivalidad profesional con Sindo Garay, durante muchos años el ambiente de la trova cubana se dividió en dos grandes bandos, los seguidores de Manuel y los de Sindo. Esta rivalidad artística fue benigna para el desarrollo de la música cubana pues además de ataques y controversias, fue productora de muy buenas canciones cubanas.
Rondando el año 1916 Manuel Corona integró como guitarrista y voz prima, un sexteto con Alfredo Boloña (marímbula y director) y la cantante Hortensia Valerón. Fue este al parecer el primero de los grupos soneros de este formato que realizó grabaciones fonográficas.
Entre sus primeras obras registradas fonográficamente a partir de 1917, se encuentran Dónde está el dinero, Lo jugué, Arrollar en carnaval, Qué malas son las mujeres, Capricho de Corona, y Linda Mulata. Por esos años grabó con Armando Viañez, Pancho Majagua y José Castillo.
De toda su obra uno de sus boleros más conocidos, Aurora fue uno de los primeros grandiosos éxitos del Sexteto Habanero en 1925, cuando comenzaban alcanzar popularidad los discos de este grupo tanto en Cuba como en otros países caribeños.
Culminando la década de 1920 resultó afectada su mano izquierda como resultado de un altercado callejero y desde entonces se vio limitado como ejecutante de la guitarra, mas esto no le impidió seguir componiendo aún con más ahínco y tesón. Manuel Corona fue (sólo comparable a Alberto Villalón) catalogado como el compositor cubano más fértil desde el inicio del siglo hasta la década de los años 30.
A pesar de su talento y notoriedad entre los artistas cubanos, la miseria económica lo escoltó siempre. En una entrevista con el musicólogo Odilio Urfé confesó que a lo largo de toda su vida sólo había ganado unos doscientos dólares por concepto de derecho de autor pues su música se encontraba hasta ese momento sin registrar editorialmente. Debido a este déficit económico actuó mientras tuvo oportunidad en cafés, bodegas, fiestas y reuniones en casas particulares que apenas le proporcionaban qué comer. Su salud se fue deteriorando poco a poco y dependía cada vez más de la ayuda de algunos amigos, que cada vez iban siendo menos.
Un tiempo antes de su muerte el gobierno cubano le otorgó, junto con una medalla de reconocimiento por su obra, una pequeña pensión. Corona no logró asistir a la ceremonia de otorgamiento en el Palacio Presidencial pues su adicción al alcohol lo hicieron detenerse en un bar cercano.
Poco después, exactamente el 9 de enero de 1950 falleció Manuel Corona en un cuartucho del bar Jaruquito, en Marianao. Su sepelio corrió a cargo de un grupo de compositores cubanos.
Muchos cubanos han homenajeado su obra como es el caso de las hermanas Berta y Amelia Martí que le dedicaron a inicios de 1970 el disco “Antología de Manuel Corona”. También Kike Corona homenajeó con el CD “Corona canta a Corona” y otros grandes artistas han interpretado su obra a lo largo de los años, como es el caso de Barbarito Diez, Abelardo Barroso y la orquesta Sensación, Pablo Milanés, Beatriz Márquez, entre otros.

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