9. Música cubana en el Siglo XX (1900-1930).


Al comenzar el Siglo XX en Cuba, el pueblo había integrado en sus modos de hacer música, elementos característicos de la música de aquellos pobladores iniciales, que formaron la nacionalidad cubana. Estos componentes estructurales, que fueron tímbricos, melódicos y rítmicos, iban conformando géneros musicales con rasgos básicamente nacionales, que aparecían en todos las capas de la población y eran empleados para diversas funciones sociales.

Al inicio del siglo había una gran cantidad de géneros musicales cubanos que se escuchaban en disímiles ambientes. La música cubana se expandió fuera de los límites de la isla, desde entonces la mayoría de los géneros que han surgido con el paso del tiempo, han tenido un éxito singular, llegando incluso a establecer patrones a nivel universal.

La conservada tradición oral que viabilizó el paso de la música de generación en generación, así como la transmisión directa, mediante la lectura de partituras, había permitido un verdadero desarrollo e incremento de la música cubana. Fueron los nacimientos de los medios masivos, primero el del disco y luego el de la radio, los primeros en divulgar la música existente en nuestro país en naciones de Latinoamérica, Estados Unidos, España y otros países europeos. No constituye un hecho casual que se estableciera en Cuba, la primera agencia distribuidora de discos para Latinoamérica. Desde el año l906 comenzaron a grabar en cilindros y discos las mejores orquestas de danzón, aquellas que habían participado en conciertos, bailes y ceremonias religiosas triples, tenores destacados, diálogos cómicos del teatro, trovadores, cantadores campesinos, bandas militares y solistas instrumentales. Haciendo que tanto la música cubana, como los músicos y talentos existentes en la isla, se conocieran de inmediato en el extranjero.

En la década de los años 20 se enriqueció la música cubana con cambios importantes, principalmente el cambio de la orquesta típica a la naciente charanga francesa. Surgía también la presencia de los sextetos de son, donde tocaron muchos de los autores e intérpretes de la canción popular. En esa década fue que los Sextetos Habanero, de Occidente y Nacional lograron un verdadero apogeo del género que se expandió a través del disco y de las giras que estos músicos realizaban por otros países. En esta etapa se conoció el más famoso son de Ignacio Piñeiro: “Suavecito”, se habían introducido también los conjuntos de jazz band que procedían de los Estados Unidos y se adoptaron rápidamente, introduciendo estilos de canto y baile, timbres y estructuras que dejaron su huella en nuestra música.

La música del teatro lírico cubano, casi siempre las arias y romanzas de zarzuelas cubanas cantadas por solistas acompañados al piano, también tuvo su gran momento. Se iniciaron los Conciertos de Música Típica Cubana, continuados después por los Conciertos organizados por Ernesto Lecuona.

Es en la música de Manuel Saumell y en la de Ignacio Cervantes que se pueden encontrar los primeros rasgos nacionalistas, su música anuncia una toma de conciencia de su folclor y de su música popular. En el Siglo XX, en 1923 nace en La Habana el Grupo Minorista, que se interesa por investigar y explorar los rasgos africanos de la cultura cubana. Este grupo proporcionaría la base intelectual para renovar la cultura musical cubana. Este nacionalismo basado en las raíces negroafricanas es llamado afrocubanismo. Dos compositores importantes, considerados como los clásicos de la música culta de orientación afrocubana son Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla. Además son los primeros compositores cubanos de música de arte sinfónico que abrazaron las técnicas contemporáneas, cuyas ricas y atrevidas paletas armónicas, el uso de las grandes formas sinfónicas, y su magnética manipulación de las fuerzas orquestales lograron situar por vez primera a la música cubana dentro de la música de arte contemporánea universal.

Es en el Siglo XX que la música cubana finalmente florece, toda una falange de compositores cubanos de música popular crearon enormes colecciones de canciones, danzones, sones, boleros, guajiras, guarachas, pregones, entre otros géneros de nuestra música cubana.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)