4.1.1.10.6 El texto “Bolívar, sinfonía de libertad”, 1945, de Regino Pedroso
El poema “Bolívar, sinfonía de libertad”, constituye una tesis lírica sobre El Libertador, con un contenido filosófico en el que se reitera la lucha del hombre por la supervivencia física y psicológica, en este caso uno de talla universal y cuya sola invocación significa una toma de posición con respecto a la realidad latinoamericana y la necesidad de enarbolar la bandera de la unidad.
El libro está integrado por tres secciones: “La Llama”, “Elegía del héroe” y “Aguas de eternidad” que expresan etapas en la vida de Bolívar y de su legado ético y revolucionario.
En el primero de estos se ubica el accionar de combate de Bolívar, por lo que el ritmo es ágil y la estructura de las estrofas parece remitir a una estampida de veloces equinos con un impulso de fuego, todo ello en el contexto del paisaje latinoamericano, que cede ante el empeño de la libertad.
El segundo adopta cierto tono de elegía ante el hombre aparentemente vencido por sus circunstancias, de un lirismo conmovido y reticente, pues al cabo no se vislumbra la solución o los escollos que se oponen a los más elevados propósitos son demasiado altos, demasiado duros.
Sin embargo, la tercera sección reivindica ahora el entusiasmo inicial al cantarle a la fuerza de las ideas, que sobreviven más allá de la muerte física y alumbran para las nuevas generaciones. El lenguaje adquiere cierta festiva festinación de más consistencia, puesto que el líder no ha “arado en el mar”, como en algún momento llegó a considerar él mismo, sino que sus ideas se sedimentaron para siempre en la conciencia de los pueblos.
El texto, como su nombre lo indica, está estructurado a manera de sinfonía, es decir que su musicalidad no constituye tanto el entramado interno de los versos sino que responde a una concepción global de la obra, procedimiento que sería empleado por Alejo Carpentier y que tenía como antecedente en la tradición decimonónica el “Mozart ensayando su réquiem”, de Tristán de Jesús Medina, pero pocos asideros como tal en la poesía.
El texto se yergue como una lírica esperanza, susceptible de extrapolarse al contexto de Cuba, pues las grandes ideas no pueden llevarse a cabo de una vez sino que requieren de las vidas y las muertes de los grandes hombres, aquellos que son grandes porque se deben a sus pueblos. La hondura temática y la efectividad lírica determinan que esta sea una de las piezas de mayor calado estético entre las que a lo largo de los años cantaron las glorias sempiternas de El Libertador.