Lo jurídico y lo propiamente criminológico ocuparon un lugar relevante en la producción ensayística de Fernando Ortiz desde los albores de su producción científica, bajo la égida del criminólogo César Lombroso, quien en cierto modo refundó esta disciplina sobre los postulados positivistas.

Aunque Ortiz derivaría hacia el más amplio campo de lo social, nunca abandonó del todo estos estudios ya sea como herramientas cognoscitivas auxiliares o como centro de la investigación científica. El Derecho fue además la disciplina que estudió en la Universidad de la Habana y en la cual cursó un doctorado matritense.

Uno de sus primeros estudios atinente a esta materia fue “La filosofía penal de los espiritistas; estudio de filosofía jurídica”, de 1915; en el que con un fundamento filosófico medita sobre si lo axiológico podía tener realmente carácter universal e intemporal o estaba de algún modo ligada a un pensamiento comunitario. “¿El bien y el mal podrían ser los mismos para todos los hombres?”

En el año 1926 retoma la temática jurídica con la publicación de una serie de artículos conformada por los títulos “Las tres constituciones mambisas”, “El derecho internacional en el nuevo proyecto del código criminal cubano” y “El crimen debe ser tratado como una enfermedad”; los cuales están relacionados con su volumen “Proyecto de código criminal cubano”, de este mismo año.

En todas estas piezas trasluce la condición filantrópica de las ideas de Ortiz, su concepción del carácter reeducativo que debían tener las instalaciones penales y no meramente punitivo. Abogó en este sentido por el mejoramiento de las condiciones de existencia en estos centros para que cumplieran realmente su cometido social.