La obra plástica de Armando García Menocal (1868 – 1942)


Armando García Menocal, uno de los más célebres pintores cubanos, nació el 8 de julio de 1868 y falleció el 28 de septiembre de 1942; la mayor parte de su vida transcurrió en su ciudad natal, La Habana. Antes de cumplir 18 años ya había culminado los estudios en la Academia San Alejandro. Viajó entonces a Madrid, donde obtuvo varios reconocimientos por su descollante obra, entre ellos el Segundo Premio en la Exposición Nacional de Madrid, otorgado por la pieza Generosidad Castellana.

A su regreso a Cuba continuó su quehacer, imbuido ya de las principales corrientes pictóricas de Europa. Su obra Embarque de Colón por Bobadilla fue concebida expresamente para la Exposición de Chicago, de 1893. En la pieza el Descubridor de América aparecía encadenado, a lo cual se oponían las autoridades españolas, pero aun así fue exhibida sin modificaciones en el Teatro Tacón, de la Habana. Ello constituyó uno de sus primeros enfrentamientos al poder colonial, presente en buena parte de su obra.

Al producirse el levantamiento armado de 1895, Menocal se incorporó a la insurrección e incluso figuró de ayudante de Máximo Gómez, sin abandonar nunca su vocación artística. Sus vivencias le permitieron plasmar en sus piezas un vívido panorama, no solo de las hazañas bélicas, sino también de la tragedia de los heridos y los eventos más duros, como la muerte de Antonio Maceo, cuya representación se conserva en el museo de la ciudad, e incluso obtuvo, en 1915, la medalla de oro en la exposición de California. Otras piezas de este corte fueron La batalla de Coliseo y La Invasión.

El insigne pintor también decoró algunas instituciones ilustres de la ciudad, como el Palacio Presidencial y la Universidad de La Habana, labores que datan de 1918. Para el magno centro de estudios concibió las piezas La Medicina, Las Bellas Artes, La Ciencia, El Pensamiento, El Derecho, El Comercio y La Astronomía, de acuerdo a las principales disciplinas que allí se cursaban. Era primo de Mario García Menocal, quien fuera presidente de la República y estuvo vinculado a estos encargos, motivados sobre todo por la valía de la obra de Menocal.

Asimismo, decoró un chateau que poseía la dama Rosalía Abreu, emplazado en el barrio de Palatino. Además de los temas históricos y de los retratos que realizara, concibió marinas, naturalezas muertas y obras de carácter mitológico, con un espectro creativo bastante amplio. Fue, durante varios años, profesor de la cátedra de Paisaje de la Academia San Alejandro. Constituye una de las figuras imprescindibles de la pintura cubana del tránsito entre el siglo XIX y XX, decididamente uno de los principales cimientos de nuestra plástica.

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