9.10 Agrupaciones Musicales en Cuba Siglo XX (1900-1930).
Fue en 1925 cuando se constituyó en Santiago de Cuba el célebre Trío Matamoros, integrado por Rafael Cueto, Ciro Rodríguez y Miguel Matamoros, aunque se dice que existieron tríos desde mucho antes de 1920. El trío Matamoros clasifica como la más famosa de las agrupaciones de su tipo en Cuba. Su arribo a la Habana en 1928, decidió, sin duda, el destino de este formato musical cubano.
Posteriormente en nuestro país se fundaron otros tríos, cada uno de ellos con su estilo: el de Luisito Plá y el de Servando Díaz, en Santiago de Cuba; y el Cuba y el Taicuba, en La Habana. Por esta época también surgieron tríos femeninos cubanos, como el de las Hermanas Lago, en la capital, en 1932, reconocidas como el primer trío armónico femenino, con el mejor empaste de voces de todos los escuchados. Ya esto sucedió en las décadas de 1930 a 1940.
En cuanto al Son cubano, inicialmente no contaba con un formato instrumental estable, pues alcanzaba con una reunión de un grupo de personas con un tres o una guitarra –o ambos instrumentos-, para que se “formara” un Son. A estos instrumentos se fueron adicionando, indistintamente, la tumbadora, la botija y la marímbula, en la que se desarrollaban las funciones armónicas de registro grave.
Uno de los primeros piquetes del Son del cual se tiene noticia es el Cuarteto Oriental, que después, en 1920 y con músicos habaneros, se convirtió en el Sexteto Habanero. Es justamente en esa fecha cuando comenzó la revolución musical, que sería la primera gran explosión de la música cubana. La creación del Sexteto Habanero no fue un acontecimiento musical cualquiera, es la fundación un sexteto que abre el camino del género musical del Son en Cuba.
En su trayectoria ascendente, el Sexteto Habanero transportó muy alto su popularidad, gracias a su novedad y frescura juvenil. Fue el sexteto de mayor reconocimiento de aquella época. Estos músicos fueron los que abrieron el camino del son dentro de los aristocráticos salones de la alta burguesía de las primeras décadas del Siglo XX.
Este grupo musical fue el primero en uniformarse con trajes elegantes para sus presentaciones ante la burguesía criolla, a la cual hizo moverse al compás del son. Abelardo Barroso poseía una voz grandiosa, y con la misma coronó su estilo de cantor en este piquete habanero. Barroso, para muchos, es el padre de los cantantes de Son.
El Sexteto Habanero tuvo su antecedente en el Cuarteto Oriental; y en 1927, con la adición de una trompeta, este se convirtió en septeto aunque las personas seguían llamándole Sexteto Habanero. Es así como se originó y concretó este formato instrumental sonero, característico de los medios urbanos y de gran influencia musical en Cuba y en el resto del Caribe.
Otra agrupación de gran aceptación en la época fue el Sexteto Occidente se funda en el año 1926 por María Teresa Vera; esta agrupación cubana, tuvo la oportunidad de ser de los primeros que grabaron en la ciudad de Nueva York. Cuando la directora del Sexteto Occidente resuelve retornar a la trova, le entrega el grupo a Ignacio Piñeiro, el cual le cambió el nombre y lo bautizó como Sexteto Nacional. A su fallecimiento pasa la batuta a Mañungo, Rafael Ortiz y le pone Sexteto Nacional Ignacio Piñeiro como justo y merecido homenaje.
El Septeto como formato instrumental, busca una comunicación más íntima con el oyente, más discreta, en cuanto a proyección sonora. Los Septetos fueron la base de los formatos que después se enriquecieron con trompetas, tumbadoras y piano.
Entre las orquestas de la época debemos destacar al Septeto Espirituano, agrupación cubana; fundada el diez de junio del año 1926 en la ciudad del Yayabo, Santi Espíritus. Actualmente se encuentra dirigida por Juan Hernández Acosta. La característica que distingue al Septeto Espirituano es que congrega en su repertorio géneros musicales cubanos como el Son tradicional, el Bolero Son, el Guagancó Son y el Afro. Desde su instauración este septeto impuso una nueva variante, el llamado son capetillo. El mismo tenía un aire un poco más lento; y obtuvo mucha aceptación en la localidad.
La Gloria Matancera, es otra destacada agrupación de música cubana popular bailable; instaurada el 3 de junio de 1927 en la Ciudad de Matanzas por Juan Manuel Díaz Clemente.
La agrupación se creó con el formato instrumental de septeto. La orquesta era conocida solamente en su localidad, donde se hizo muy popular pues actuaban en todos los salones. Con el auge del Son, en 1930, La Gloria Matancera se trasladó hacia la capital cubana
Bajo el sello PANART, en el año 1940 como resultado del rotundo éxito alcanzado tanto en Cuba como en el extranjero, grabó su primer disco.
En esa época, el septeto cambió su formato por el de conjunto, específicamente en el año 1944, según imposiciones de la moda de esa década. Formato instrumental formado por piano, tumbadoras, timbalitos, contrabajo, dos trompetas, güiro y cantantes; en los años cincuenta, La Gloria Matancera era una de las agrupaciones cubanas que disfrutaba de la preferencia del público.