4.4.2.3 Los estudios afrocubanos y negristas de Fernando Ortiz (1881 – 1969)


De acuerdo con Marcelo Pogolotti “Los negros siguieron siendo considerados no más que como fuerza de trabajo aun después de la abolición de la esclavitud. (…) El primero en ocuparse de la cuestión racial desde ese ángulo (el proceso cultural de la República) es Fernando Ortiz, cuya tarea indagatoria al respecto no ha sido igualada en vastedad y alimento. Llegó al tema por el doble camino de la sociología y la criminología, empezando antes por aquel.”

Fernando Ortiz se percató tempranamente, en efecto a través de sus estudios de criminalidad, de en qué medida lo africano había contribuido a la conformación de las raíces culturales de la nación y de la propia diversidad inherente a aquel continente, sin perder de vista que a partir de la gran arribazón este sedimento africano comenzó a metamorfosearse y adquirir un cariz distinto, entretejido con lo español y con el universo de otros grupos de emigrantes.

Después de “Los negros brujos”, de 1906, obra que será abordada en un acápite aparte, concibió otras piezas que implicaron profundas pesquisas y la aproximación más realista al objeto de estudio, como su artículo “Supervivencia africana”, de 1908 en el que aborda el ñañiguismo como manifestación religiosa cuyo cuerpo de ideas le era común a otras que imperaron en determinados estadíos del desarrollo espiritual de los pueblos.

En “Los negros esclavos. Estudio Sociológico y de Derecho Público”, de 1916, prima una perspectiva historicista desprejuiciada y la recreación de los funestos paisajes que implicó la vida del negro.

Entre 1926 y 1928 publica una serie de ensayos sobre “Los negros curros”, en el cual penetra la maraña de las determinaciones africanas y puramente andaluzas que concurren en la conducta social de estos, asimismo raíz de la negritud cubana. En 1929 aparece su ensayo “Los africanos dientemellados”; pero su obra se definía todavía más por las búsquedas que por los hallazgos.

En 1937 funda la Sociedad de Estudios Afrocubanos, en su afán de continuar indagando en esta fuente inagotable de la identidad nacional; pero su labor en este sentido no puede restringirse a un conjunto de obras o al marco de las gestiones institucionales, sino que fue un leitmotiv fundamental de todo su quehacer intelectual reivindicar al negro y sus raíces africanas a través de la investigación científica de alto signo ético.

El pintor Jorge Arche Silva (1905 – 1956), sus aportes a las Artes Plásticas cubanas
La obra plástica de Enrique Caravia y Montenegro (1905 – 1992)
Wilfredo Oscar de la Concepción Lam y Castillo (1902 – 1982), la trascendencia de su obra plástica
El escultor Teodoro Ramos Blanco (1902 – 1972), su obra
La obra plástica de Gumersindo Barea y García (1901 – ?)
El pintor Carlos Enríquez Gómez (1900 – 1957), un exponente imprescindible de las artes plásticas cubanas
La obra del escultor Juan José Sicre y Vélez (1898 – ?)
La obra del pintor y arquitecto Augusto García Menocal y Córdova (1899 – ?)